Oferta
de empleo. Se busca persona que esté dispuesta a recibir desde una mentada de
madre hasta un puñetazo en el ojo por expresar sus ideas. En caso de que el
interesado resida en el interior del país, tendrá que arreglárselas para venir
a Caracas al menos tres días a la semana. Además, tiene que estar consciente de
que su oficina será un verdadero campo de batalla y de que si la mayoría de sus
compañeros de trabajo se molestan, pueden enviarlo a la cárcel. Remuneración:
equivalente al 30% de la canasta básica familiar.
A
primera vista, la vacante no parece muy apetecible. Pero algo debe tener. De lo
contrario, no se entendería el afán de 1.799 venezolanos que sueñan con ocupar
ese cargo. Según el Consejo Nacional Electoral, ese es el número de candidatos
que se medirán el próximo 6 de diciembre en las elecciones parlamentarias.
En
la actualidad, un diputado percibe un sueldo base de 29.686,72 bolívares. El
paquete mensual es superior, incluyendo gastos de representación, transporte y
alimentación, dependiendo de la región de origen del representante. Uno del
estado Zulia puede llegar a cobrar hasta Bs. 48.999,81, mientras que los
caraqueños deben conformarse con Bs. 42.099,81. Como en el caso de todos los
trabajadores del país, ese monto total sufre las deducciones que impone el
marco legal vigente.
Aunque
es imposible seguirle el ritmo a la inflación venezolana, el pago básico de los
legisladores ha ido incrementándose progresivamente en 2015. En enero pasado,
recibían Bs. 17.005,60. Cuatro meses después, en junio, el comprobante marcaba
Bs. 26.987,92. Ahora esperan que su presidente, Diosdado Cabello, les conceda
el aumento de 30% que el jefe de Estado, Nicolás Maduro, decretó en octubre.
“Eso viene seguro, está acordado”, afirman confiados en los pasillos de la
Asamblea Nacional (AN). De ser así, los miembros de la Cámara terminarán el periodo
casi en Bs. 40 mil.
El
ingreso básico de los asambleístas está muy por debajo del tope que impone la
Ley Orgánica de Emolumentos, Pensiones y Jubilaciones de los Altos Funcionarios
y Altas Funcionarias del Poder Público, publicada en Gaceta Oficial el 12 de
enero de 2011. El artículo 8 de la norma establece que los parlamentarios –al
igual que el Presidente de la República y sus ministros, los magistrados del Tribunal Supremo
de Justicia, los rectores del CNE y los máximos jerarcas del resto de los
poderes públicos- recibirán un “monto equivalente a doce salarios mínimos corno
límite máximo de emolumentos mensuales”.
El
salario mínimo trepó este mes hasta Bs. 9.649, es decir, que los diputados
podrían cobrar Bs. 115.788. Sin embargo, el texto legal citado advierte que “el
incremento del salario mínimo nacional no implica el aumento del monto absoluto
de los emolumentos establecidos en las escalas de sueldos y salarios, así como
del sistema de beneficios sociales de los altos funcionarios, altas funcionarias,
personal de alto nivel y de dirección del Poder Público y de elección popular”.
A
diferencia del común de los mortales bolivarianos, los legisladores no pueden
“matar tigres”. El artículo 197 de la Constitución apunta que “están obligados
u obligadas a cumplir sus labores a dedicación exclusiva”. A su vez, la
mencionada Ley de Emolumentos les prohíbe “percibir remuneraciones o asignaciones,
cualquiera sea su denominación o método de cálculo, tengan o no carácter
salarial o remunerativo, distintos a los establecidos expresamente” en esta
norma.
Con
esos ingresos, los parlamentarios deben intentar cubrir una canasta básica
familiar que en septiembre alcanzó Bs. 97.291,86, según los cálculos del Centro
de Documentación y Análisis Social (Cenda) de la Federación Venezolana de
Maestros.
No llegan
Recibo de pago de un diputado del estado Zulia correspondiente a la última quincena de octubre de 2015 |
“Nosotros
tenemos que pasar mínimo tres días en Caracas a la semana. Muchos deben pagar
pasajes de avión, hotel, comida, taxis… a veces tenemos que hacer una recolecta
para ayudar a algún colega y en el caso nuestros suplentes es peor, porque
ganan mucho menos –cobran por sesión asistida”, relata un representante de la
bancada de la Unidad.
La
Ley de Emolumentos equipara a los asambleístas con rectores, magistrados y
demás jefes de los poderes públicos. No obstante, el opositor sostiene que esa
igualdad no pasa del papel. “Ellos cobran más y tienen bonificaciones
especiales, vehículos asignados, choferes y guardaespaldas”, compara.
El
diputado Ángel Medina (PJ-Miranda) subraya que “más del 60% de la dieta mensual
que percibimos se gasta en venir a las sesiones de la AN. Pasajes de avión o
por tierra, hospedaje y alimentación se comen prácticamente todo el sueldo”.
Medina,
quien ahora busca la reelección por el estado Bolívar, explica que “un diputado
no tiene ni teléfonos asignados, ni vehículos, ni escoltas ni una oficina digna
donde atender a sus electores”. A su juicio, algunos de sus colegas rojos que
gozan las mieles del poder son los responsables de transmitir la imagen del
“diputado millonario”. “Con escoltas de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y
el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y carros lujosos”,
espeta.
“Esta
AN pasará a la historia no solo por desconocer la institucionalidad, negando a
la minoría la posibilidad de sentarse en la junta directiva y violando la
distribución equitativa de las comisiones permanentes, sino por quebrantar el
derecho que tenemos los parlamentarios a una remuneración justa que facilite el
desempeño de nuestras funciones”, manifiesta Rodolfo Rodríguez (AD-Anzoátegui).
No
es el recibo de pago lo que anima a un ciudadano a competir por una curul de la
Cámara. Rodríguez lo tiene claro. Sin embargo, indica que un sueldo tan
precario “hace prácticamente imposible asumir los costos de traslado, hospedaje
y alimentación”. En su opinión, esto configura “un ejemplo más del maltrato e
irrespeto que sufrimos por adversar a este Gobierno antidemocrático”.
Un hueco en el bolsillo
Cuando
se le pregunta por los privilegios que supuestamente disfrutan los miembros de
la bancada roja, un diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)
responde: “serán algunos”. “Tenemos camaradas de Portuguesa, Yaracuy y Aragua
que se vienen en autobús a la capital. Los de Delta Amacuro también la pasan
mal, con ese sueldo es difícil vivir”, asevera.
Los
representantes del PSUV tienen la ventaja de que el hotel Alba Caracas les
brinda una tarifa preferencial, pero el legislador consultado se queja de la
calidad del servicio. “A veces hasta le falla el aire acondicionado”,
refunfuña.
El
parlamentario Braulio Álvarez (PSUV-Yaracuy) dice que el hecho de percibir “la
dieta más baja de todos los diputados del mundo” les insufla “mucha moral” para
continuar con su trabajo. “Nosotros viajamos a las regiones sin esperar por los
viáticos, la AN no descansa”, enfatiza el constituyente de 1999.
Dejando
a un lado las diferencias políticas, Álvarez reconoce que sus pares de la
oposición también deben hacer sacrificios para cumplir con sus
responsabilidades. Igualmente, admite que “los diputados activos y jubilados
han hecho solicitudes de mejora” a Cabello, quien habría atendido con prudencia
estas peticiones para evitar “cualquier acción de descalificación que pueda
surgir del pueblo ante un ajuste de dieta”.
Jesús
Montilla (PSUV-Falcón) lo confiesa sin ambages: “puedo decir que yo me
empobrecí en estos cinco años en mi patrimonio personal”. Mas no se lamenta. “Tengo
37 años militando y nos tocó trabajar durísimo antes de la llegada del
comandante Hugo Chávez para tener presencia política. Nunca tuvimos cargo de
representación que nos diera aunque sea para los gastos”.
Antes
de arribar al Palacio Federal Legislativo, Montilla gobernó el estado Falcón
entre 2000 y 2008. “Puedo decirte que las diferencias son abismales. Como
gobernador tienes el poder ejecutivo, manejas recursos, construyes, inauguras,
ves el trabajo concreto. En la AN el trabajo es más de debate político, no
manejas recursos, a veces sientes impotencia. Uno ve como con ingenuidad algunos
diputados nuevos hablan de hacer obras, grandes proyectos, cuando evidentemente
esa no es la función de un diputado. O lo hacen por ignorancia o por demagogia”,
observa el dirigente falconiano.
Esas
“diferencias abismales” no son comprendidas fácilmente por la población, que se
acerca a los diputados buscando soluciones inmediatas a sus problemas. “Yo soy
esposo de la gobernadora (Stella Lugo) y la gente siempre llega haciendo
muchísimos planteamientos. Tengo que decirles que como parlamentario no tengo
recursos, y lo que uno tiene como sueldo lo gasta en pasajes, en hospedaje, en
la comida, y a duras penas alcanza. Por ejemplo, yo viajo a Caracas por
carretera, no en avión. Además, están los gastos personales de familia”,
comenta Montilla.
Otra
que ha visto mermadas sus finanzas personales es Nancy Ascencio (PSUV-Bolívar).
“Ahora tengo menos de lo que tenía antes”, revela. Aunque resalta que en los
últimos años, bajo la administración de Cabello, “hemos recibido mejores
remuneraciones”.
“La
gente cree que nosotros somos millonarios, pero a quien le gusta este trabajo
lo hace sin importar nada. Yo siempre digo que no tengo tanques de agua ni cocinas que regalar, lo que sí hay es conciencia que debemos despertar”,
declara Ascencio repitiendo a la perfección el discurso oficial.
Los peores
Con
la finalidad de promover un debate interno y sustentar sus reclamos, un
diputado de la Unidad realizó en abril de este año un cuadro para comparar los
ingresos mensuales de los legisladores venezolanos con los percibidos por sus similares
de doce países.
Aplicando
la tasa del Sistema Marginal de Divisas (Simadi) del momento, el asambleísta
obtuvo los siguientes resultados:
-
Argentina: Bs. 893.485,50
-
Bolivia: Bs. 477.691,50
-
Chile: Bs. 3.084.853,50
-
Colombia: Bs. 2.358.000
-
México: Bs. 1.375.500
-
Paraguay: Bs. 1.415.979
-
Perú: Bs. 2.169.949,50
-
Alemania: Bs. 1.572.000
-
España: Bs. 987.255,30
-
Francia: Bs. 1.375.500
-
Inglaterra: Bs. 1.161.708
-
Italia: Bs. 1.965.000
En
abril de 2015, un legislador del Zulia sumando su sueldo básico (Bs. 17.005,60)
y los gastos de representación (15.488,09) percibía Bs. 32.493,69. Un
ejercicio más tortuoso para los afectados, sería convertir en dólares el sueldo básico actual (Bs.
29.686,72) tomando como referencia los distintos tipos de cambio vigentes.
- Preferencial: 4.712 dólares.
- Sistema Complementario de Administración
de Divisas: 2.474 dólares.
- Simadi: 149 dólares.
- Dólar Today: una lágrima.
Constancia emitida por la Secretaría de la Asamblea Nacional a solicitud de un diputado del estado Carabobo que refleja su dieta básica mensual |
Nota publicada en Clímax
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